El muñeco de la ciudad

Guardas tus encantos en vestidos de mucho dinero.

Caminas fingiendo que quieres estar con esos tacones puestos.


Te ganan las apariencias.

Te distraes de lo verdadero que hay en tus labios.

Pierdes tu brillo con el labial absurdo que no hace juego con tu dentadura…

Vistes tu cuerpo con lujuria olvidada

y pasas por el lado de los artistas de cabello largo y barba de vagabundo.


Pedimos una mirada de tu ojos.


¡Pero no!


Importa más el carro.

Importa más la figura.

Importa más el barrio.


Te sientas acá.

Nos miras de lejos.

Eres lo que no eres

y aun así,

te diviertes.


Nosotros,

los pobres artistas,

queremos amarte,

enseñarte el gusto por la vida

Por el vuelo.


¡Pero no!


Importan más las llantas del carro.

Importa más el puesto de trabajo

Importa más el estilo de la billetera.


Caminas con tu cuerpo sexy

olvidándote de la flor que eres.

Fingiendo ser feliz…

Llorando tu dolor en silencio

mientras nosotros

los artistas,

barbas de vabagbundo,

Jugamos contigo a enamorarnos.

Persiguiendo nuestros sueños blancos.


¡Pero no!


Despertamos de nuevo en una horrible pesadilla.


Fuego.

Apariencias.

Mentiras.

Dolor.

Sangre.

Balas.

Tecnología…


Caminas vistiéndote de eso que no eres

fingiendo saber la realidad de tus días.


¡Pero no!


No tocas la guitarra.

No te subes al bus a cantar por el pan.

Por la fuerza.

Por la dignidad….


Así que eres hermosa…


…Por eso…

…Me divierte verte.

Sr. BM.

Decidí quedarme solo


Tengo miedo de ir a la fiesta.


La hoguera arde.

Y el humo entra en los pulmones.

Tengo miedo de matar y perder la esperanza.


Tengo mucho miedo de vivir en este juego,

donde caminamos por la playa.

En una noche fría,

sin estrellas y sin luna.


Tengo miedo de la espuma que pierde la cordura,

y de la voz que domina la locura

porque a veces me voy,

y otras, quiero regresar.


Una oscuridad se apodera de mis viajes,

y la melancolía penetra en mi cuerpo.


Mi paz se ha convertido en lo natural,

y mi infierno en lo material.


Quiero subir la montaña tomado por la mano de una extraña musa.


Mi cuerpo necesita calor e inspiración.

Mi voz necesita otra voz.

Mis ojos quieren ver una sonrisa sincera,

que tome el mando de mis latidos

sin que la soledad sea atravesada por las estacas del futuro.


Iba a la fiesta,

decidido a luchar contra el pasado y el rencor,

pero preferí quedarme viendo carritos oxidados con techos de paja

doblados por el tiempo y la sal

olvidados en una calle sucia.


Preferí estar con los árboles que siguen de pie, en silencio

sobreviviendo al hambre.


Decidí quedarme solo…

…Porque no me gusta pelear.


Me da miedo la sangre derramada

y soy muy cobarde.


Preferí quedarme en la calle por la que pocos quieren cruzar.

Aquella calle sucia y con poca luz

donde hay tres banquetas.

en donde se sientan los olvidados

Y los que están siendo aniquilados.


Sr. BM.